La OPEP en crisis mientras las grandes petroleras anuncian beneficios por encima de las expectativas.
El cártel petrolero es incapaz de mantener la disciplina en los recortes a la producción acordados.
Carlos Schwartz
La semana pasada las grandes petroleras anunciaron sus resultados trimestrales con avances significativos que en general superaron las expectativas de los analistas. Repsol no fue la excepción con un aumento del 65% respecto al mismo período del ejercicio anterior mientras crecía el beneficio neto ajustado un 23%, hasta los 1.126 millones de euros. Mientras, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se lamía las heridas de una fallida reunión convocada junto con sus aliados el 23 de julio en San Petersburgo. El objetivo era llamar al orden a los socios del cartel porque no cumplen con los recortes de producción del 2% acordados en noviembre pasado que implicarían una caída en la producción de 1,2 millones de barriles diarios. Este mes de julio de acuerdo con estimaciones de la consultora Petro-Logistics el cartel de exportadores está en niveles de producción próximos a sus cifras récord de 2016 de 33 millones de barriles diarios. “Este es un fracaso sin atenuantes”, señaló a ICNreport una fuente del mercado del crudo en Madrid. El ministro del Petróleo de Ecuador, Carlos Pérez, anunció este mes que su país rompía con la disciplina del cartel porque las necesidades de la balanza de pagos del país estaban por encima de sus obligaciones con el grupo del cual Quito ha sido importante promotor en el pasado.
Pero lo que más irrita a Arabia Saudita, la voz cantante del cártel, es que uno de sus socios más próximos, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), están bombeando por encima de sus compromisos y colocando más petróleo en el mercado. El fin de semana del 22 y 23 de julio el ministro del Petróleo saudí Jalid Al Falij se reunió en una habitación del hotel Four Seasons de San Petersburgo con varios ministros del petróleo de los países miembro en un intento por presionar a los que no cumplen con los acuerdos, pero según fuentes del sector petrolero en países emergentes “los resultados no fueron alentadores”. Uno de los países acusados de incumplimiento, Irán, negó las afirmaciones de Al Falij diciendo que la información con la que cuenta la OPEP no es fidedigna.
Con el objetivo de presionar a los EAU Riyad y Moscú planifican una reunión en Abu Dhabi el 7 de agosto con el objetivo de “estimar de que forma se pueden incrementar los niveles de convergencia en la producción” de acuerdo con fuentes próximas a la OPEP. Pero el problema de fondo que afecta a los miembros del grupo no es su buena voluntad. De forma colectiva los países del cartel necesitan los precios más altos de toda la industria, incluidas petroleras como Exxon Mobil o Royal Dutch Shell para alcanzar su punto de equilibrio. La dinámica que determina estos precios necesarios no atañe exclusivamente a los costes operativos de esas petroleras. Está directamente vinculado a las necesidades de las balanzas de pago de los países propietarios de las petroleras.
El ejemplo de los EAU es revelador: la industria petroleras del país gasta 12 dólares en la extracción de cada barril de petróleo pero necesita venderlo a 67 dólares para cubrir los gastos del estado de acuerdo con cálculos del Fondo Monetario Internacional. Estas necesidades no se han decantado de la noche a la mañana, en los últimos 15 años el presupuesto de los EAU se multiplicó por cuatro alcanzado los 114.000 millones de dólares. El crecimiento del gasto del estado en muchas naciones emergentes ha estado vinculado a la necesidad de mantener una base social de apoyo y evitar los conflictos que los recortes en subsidios podrían suponer. Un ejemplo extremo de esta situación es el de Venezuela en el que el proceso Bolivariano lo ha fiado todo a los ingresos petroleros y la caída de los precios en 2014 ha llevado al país al borde del abismo. En el caso de los Emiratos hay que computar además el presupuesto militar de 23.000 millones de dólares por su participación en las guerras de Siria y Yemen.
De acuerdo con un análisis de Goldman Sachs los Países Exportadores de Petróleo hasta 2014 tenían la posibilidad de equilibrio con precios de entre 10 y 40 dólares más bajos que los que necesitaban las petroleras para financiar sus operaciones y pagar dividendos. Desde la caída de los precios en 2014 este equilibrio se ha roto por el incremento de los compromisos sociales, las crisis locales y nacionales, los compromisos militares y el deterioro de las economías en el conjunto de países que forman parte de la OPEP. De tal suerte que en la actualidad los países del cartel necesitan precios entre 10 y 20 dólares por encima de los precios de equilibrio de las petroleras.
Esta es la situación por ejemplo de Irak a quien una reducción en la producción coloca en la cuerda floja por los menores ingresos. Esto indica que los esfuerzos de las petroleras por reducir el punto de equilibrio para que el crudo a 50 dólares los coloque en situación de rentabilidad está dando respiro a la industria mientras que la OPEP no ve un horizonte favorable a corto plazo. A estos elementos es necesario añadir la situación de las petroleras no convencionales en Estados Unidos que con cada recuperación del precio del crudo en los mercados internacionales aumenta su producción para mejorar los ingresos.
Los inversores internacionales van a centrar su mirada esta semana en el anuncio de resultados de las petroleras no convencionales estadounidenses en un intento de verificar sus precios de equilibrio, recortes de gasto e incrementos de producción. La semana pasada dieron resultados Anadarko Petroleum y Conoco Phillips muy activas en el sector no convencional. Ambas anunciaron pérdidas por la caída de los precios del crudo por debajo de los 50 dólares durante el segundo trimestre y dijeron que recortarán 500 millones de dólares en gastos. Las acciones de Anadarko cayeron un 3% tras el anuncio de los recortes. Pero las acciones recuperaron todo el terreno perdido cuando los ejecutivos de la empresa explicaron que los recortes se harían solo en las explotaciones off shore en aguas profundas y en la división internacional.
Los ingresos de las no convencionales dependen de su capacidad para explotar los recursos en las cuencas estadounidenses y los inversores apuestan a que esa actividad se mantenga. La OPEP había estimado que el precio de equilibrio de las no convencionales era de 80 dólares por barril. La crisis de los precios ha borrado del mercado a unas 250 petroleras independientes. Pero las que sobreviven han logrado reducir sus costes y sobreviven a la caída de los precios. Por lo tanto, cualquier reducción real de la oferta al mercado depende de una OPEP en sus horas más bajas.