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Los márgenes de las refinerías ayudan a las cuentas del sector por los bajos precios del crudo.

Carlos Schwartz

Los resultados del cuarto trimestre de las petroleras europeas resaltan el apoyo del downstream

Durante los últimos tres años las petroleras europeas han bregado por deshacerse de parte de su capacidad de refino ante la caída de la demanda y los altos precios del crudo que estrecharon sus márgenes y llevaron a muchas refinerías a trabajar a pérdida. Ahora la precipitada caída de los precios del crudo en el segundo semestre de 2014 ha resultado una brisa fresca para las cuentas, la mayoría de las empresas ha obtenido buenos resultados de su actividad de downstream. Los analistas consideran esta coyuntura como transitoria y sujeta al nivel internacional de precios. Sin embargo, los precios más bajos de los combustibles han generado un incremento de la demanda en el gasóleo de calefacción y en las gasolinas y gasóleos para automoción en Europa, lo que ha ampliado el efecto de los mayores márgenes del refino.

Hasta junio pasado las refinerías de las grandes petroleras integradas habían sufrido no solo el efecto de los altos precios del crudo, sino además la caída de la demanda y la competencia reforzada de nuevas refinerías orientadas a la exportación del Medio oriente, Asia y Estados Unidos que golpearon los ingresos del downstream. Que la situación es coyuntural lo ponen de relieve los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de acuerdo con los cuales la demanda de productos del petróleo cayó en 2014 un 2%.

En su anticipo de resultados para el último trimestre del año pasado la petrolera Repsol estimó su margen de refino por barril de crudo en 5 dólares comparado con 3,9 dólares en el tercer trimestre de ese año y con 4,1 dólares por barril en el cuatro trimestre de 2013. La demanda de productos aumenta estacionalmente en diciembre por el frío del invierno, pero aun así los datos de 2014 ponen de relieve el efecto del aumento del precio del crudo. Si se tiene en cuentan el retraso entre la caída del crudo y la reducción de precios al consumo el efecto combinado es de mayores ingresos en las cuentas de las petroleras.

De acuerdo con la demanda estimada por la AIE para 2015 esta tendencia debería mantenerse mientra sigan los precios a la baja ya que en el primer trimestre de este año la demanda estimada crecería en un millón de barriles de 91,66 millones en el 1er trimestre de 2013 a 92,55 millones en el 1er trimestre de este año. Pero Repsol no ha sido una excepción. Total, a pesar de las pérdidas que sufrió tras ajustar el valor de sus activos, una decisión que pone de relieve el afán por mantener un alto nivel de transparencia en las cuentas que no necesariamente veremos en otras empresas incluidas las españolas, ha casi duplicado en el último trimestre los ingresos de refinería y química. Shell ha mostrado un perfil similar y triplicó sus ingresos del refino. Por su parte Statoil atribuyó a su actividad de refinería un aumento del 38% en el departamento de comercialización, procesamiento y renovables.

Los analistas no tienen una respuesta clara cuando se les pregunta cuanto puede durar este fenómeno. Es decir que no se atreven a estimar los plazos de modificación de una tendencia de precios que tomó al mercado por sorpresa. Si señalan que en términos generales el downstrean en Europa padece una alta presión fiscal, una debilidad de la demanda cuya mejoría es lenta, y el peso de la legislación de eficiencia energética. Las petroleras han reaccionado al escenario desencadenado por la crisis financiera internacional en 2008 con una reducción de la capacidad de refino. De acuerdo con la AIE de entonces hasta ahora el sector ha perdido 2 millones diarios de capacidad de refino.

Las petroleras se han dedicado a vender refinerías y han encontrado compradores a pesar de la caída de la demanda. Shell en 2011 vendió una participación mayoritaria en su negocio de productos, red comercial y de distribución en África al trader de petróleo Vitol y a la sociedad de capital riesgo Helios Investment Partners en 1.000 millones de dólares.

También vendió las operaciones de refino en Italia. El objetivo que se fijó la petrolera anglo holandesa fue concentrarse en los procesos de refino a gran escala como su operación en Singapur, lo que le ha llevado a vender en Australia su refinería de Geelong. A raíz de esta estrategia también ha vendido refinerías en Reino Unido y Alemania, y su negocio downstream y de productos en Finlandia y Suecia. Repsol por su parte tuvo que desistir de la venta de su refinería en Perú por el bajo nivel de las ofertas recibidas.

Repsol en cambio se concentró oportunamente en sus inversiones en las refinerías de Cádiz y de Petronor en Bilbao que le han permitido reducir sus costes hasta en tres dólares por barril, con una mejora considerable en sus márgenes. A expensas de esta ventaja comparativa, mientras también combate la fuerte reducción del consumo interno con las exportaciones de gasolina, gasóleo, y lubricantes. Para estos últimos tiene acuerdos de comercialización en Asia con un distribuidor regional.
Quienes están entrando en el sector del refino son empresas de trading como Vitol o fondos de inversión como Carlyle, o Helios Investment. Con menores costes generales están en condiciones de rentabilizar operaciones que a las petroleras se les hacen cuesta arriba.

Las pequeñas empresas independientes tienen “mayor cintura para esquivar los golpes que les propina la competencia, entre otras cosas porque sus gastos generales son infinitamente más bajos que los de las grandes del sector”, de acuerdo con una de las fuentes consultadas. No parece previsible que las petroleras renuncien a la venta de sus activos de refino, sino más bien que se han tomado un respiro mientras evalúan cuando hacerlo y a quién. Preguntas con respuesta compleja.

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Categoría: Hidrocarburos