Los traders de energía piden al Gobierno que se limite a vigilar un mecanismo independiente de fijación de precios.
www.icnr.es 09-01-2014
Carlos Schwartz
La intervención oficial en el mercado lleva a los operadores a imputar el riesgo de regulación en los precios españoles
“La anulación de la subasta CESUR el mes pasado y la fijación de un precio basado en el mercado futuro para el primer trimestre de 2014 deja expuestas a las comercializadoras de último recurso independientes a pérdidas seguras. El nivel de precios fijados quedará por debajo de las subastas diarias...”, afirma una fuente de una comercializadora que opera fuera de Madrid. Mientras, los operadores agrupados en la Federación Europea de Traders de Energía (EFET, por sus siglas en inglés) que reúne a más de 120 partícipes del mercado eléctrico incluyendo generadoras piden al Gobierno que se limite a supervisar los mecanismos de fijación de precios sin intervenir en ellos. La crítica a la anulación de la subasta por parte de EFET incorpora el elemento de la inseguridad al señalar que “la incertidumbre regulatoria, como la ocasionada por la súbita cancelación de la CESUR el 19 de diciembre desalentará de forma inevitable la participación en el mercado”. La Federación señala además que esta decisión conducirá a los traders a incorporar al precio este riesgo regulatorio que finalmente afectará a los consumidores.
El crecimiento de la incertidumbre en el mercado de la Unión Europea ha llevado ya a tres bancos a anunciar que se retiran del mercado de la energía en el continente. Se trata de Morgan Stanley, Deutsche Bank y Bank of America... de momento. También es cierto que la presión de la Reserva Federal sobre la banca en Estados Unidos para que abandone el mercado de operaciones físicas en materias primas que requieren almacenamiento también alimenta esta decisión. A escala española, la primera cuestión que se plantea tras la anulación de la subasta y la fijación de precios por parte del Gobierno para el primer trimestre de este año es la elección de un mecanismo eficiente que sustituya a la CESUR. El hecho que durante 18 trimestres con subastas sólo en dos se hayan fijado precios por debajo de la subasta del mercado diario era motivo suficiente para la revisión del mecanismo hace ya mucho tiempo, pero el Gobierno no se tomó la molestia de buscar una alternativa eficiente a pesar de haber propuesto una ley del sector eléctrico en julio y aprobarla recién casi sobre final de año. Finalmente ha intervenido de la peor forma posible, es decir creando incertidumbre.
“El problema de una subasta ineficiente está presente en el sector de la energía desde que el sistema se implantó en 2009 para fijar el precio de la tarifa de último recurso (TUR) que afecta a por lo menos 16 millones de consumidores, valiente novedad el descubrimiento del Gobierno. Pero de allí a pegar el salto dialéctico a la supuesta manipulación de una subasta, ha convertido al Gobierno en el hazmerreír del sector en Europa...”, señala una fuente vinculada a los mercados de futuros de la energía. “La idea de una conspiración en la cual se reúnen cuatro o cinco partícipes del mercado para apañar precios es una caricatura inservible...sin contar con que en esa subasta las generadoras convencionales no pintan nada” señala la fuente que añade que “si desaparece la volatilidad, los mercados de futuros de la energía sufrirán deserciones significativas, y se convertirán de forma creciente en mercados testimoniales...”.
Ciertamente, pese a la presión de hecho sobre la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tras las afirmaciones del ministro de Industria según las cuales se registró una burda manipulación de la subasta, el organismo ha evitado acusar a las partes que intervienen en la CESUR, y se ha limitado a considerar que en la misma se han registrado situaciones atípicas. Las situaciones atípicas que describe a lo largo de su extenso informe son las que de forma resumida puntualizó en la nota que sirvió de fundamento a la anulación de la 25 subasta realizada en diciembre.
Las fuentes consultadas señalan que los contratos sobre precios futuros españoles de la energía se hacen en dos mercados. En el OMIP y en el Mercado Español de Futuros Financieros (MEFF) que se reparten el negocio a medias aunque el MEFF ha tendido a crecer más recientemente por encima del mercado que hace el organismo Ibérico. Fuentes próximas a estos mercados señalan que se ha registrado menos intervención desde la anulación de la subasta “lo cual es lógico porque el precio del primer trimestre no dará margen para nada”. Pero sin embargo consideran que la decisión del Gobierno sí los ha afectado. Las miradas de todas formas ahora se centran en la posibilidad de que el mecanismo con el cual se sustituya a la CESUR sea realmente eficiente. EFET reclama un estructura de libre competencia y la eliminación de precios regulados apuntando que la Comisión Europea (CE) propugna la aplicación de “mecanismos competitivos en un mercado de la electricidad abierto y sostenible”. El llamamiento incluye la necesidad de que el Gobierno se limite a estimular la supervisión independiente de los mercados y abandone la intervención de precios.
El ministro de Industria, José Manuel Soria, defendió su decisión de anular la subasta sobre la existencia de los elementos “atípicos” detectados por la CNMC y afirmó que ya se ha reunido con las empresas generadoras, los intermediarios financieros y los consumidores para diseñar los cambios en el mecanismo de subasta. El gran problema es que mejorar el sistema existente requiere darle mayor liquidez y profundidad y para ello lo primero es dar un marco jurídico estable a la fijación de precios. La decisión de anular la subasta ha sido en este sentido la peor de las decisiones posibles. Con los elementos que obraban en poder del gobierno y de la vieja Comisión Nacional de la Energía (CNE) -que propugnó de forma reiterada la modificación de la CESUR- modificar el sistema de fijación de precios era una prioridad que fue desechada malamente en aras de una reforma eléctrica fracasada.